sábado, 13 de octubre de 2012

Nómada

Relato encontrado en un viejo cuaderno raído por el tiempo y el polvo....

Vagando solo y borracho por callejones oscuros de ciudades silenciosas, esquivando adoquines mal puestos, dotando a mi cuerpo de vaivenes poco recomendados, busco mi próxima parada. Soy un nómada de mi tiempo que no tiene ni casa ni hogar, que sólo habita en los corazones de unas pocas personas y cuyo recuerdo más cercano no abarca más de unas cuantas horas. Mi compañera de viaje es una simple botella de liquido rojo sangre que robé a otro solitario como yo, mientras dudaba si seguir el camino emprendido o no, si continuar con mi simple compañía. No busco nada, sólo sentirme bien conmigo y salir a flote en un mundo de lobos donde en el menor descuido te arrancan la mano que les da de comer, sin pensar que en esa mano desgarrada se van muchas ilusiones puestas con años y años de sacrificios.

Soy un nómada que huye del conformismo, de lo bien planteado y mejor resuelto. Los ecos de la sociedad bien planteada me superan. Yo no quiero eso. Quiero vivir a mi ritmo, sin ataduras, con libertad de planteamiento y de decisión. El único sitio en el que puedo conseguir eso es la calle. El único sitio en el que puedo ser libre es la calle. Una barba de meses, unos pelos de años me ayudan a guardar el anonimato. Unos harapos viejos, unas botas rotas hace que la gente huya de mi. Anonimato y huida, mi sueño de siempre, por fin alcanzado, no como soñé, pero alcanzado. 

Soy un nómada que va de aquí para allá, sin pensar en el ayer ni en el mañana.